Las
seis danzas que se bailan en Cortes son interpretadas por dos gaitas y un
tambor aunque, antiguamente, alguna vez,
fueron sustituidos por dos clarinetes y una caja. De entre estas seis danzas,
cuatro son paloteadas y dos utilizan cintas. La estructura de las danzas es
simple y sus melodías poseen un carácter sencillo, al estilo popular. Todas
poseen secciones que se repiten y en la mayoría de los casos comienzan con una
introducción. En cuanto al ritmo, el binario es el que predomina, y sólo el Vals y la Jota
utilizan el ritmo ternario. En cinco de las seis danzas, el ritmo es regular,
(es lo más sencillo para poder ser bailado en grupo) pero en el caso de la Jota ,
se ha tendido a realizar un accelerando
continuo a lo largo de sus seis repeticiones creando un efecto acrobático.
Las
partituras más antiguas que hoy se conservan son de 1944 y las anotó José Gonzalo Zulaica y Arregui, más
conocido como Padre Donostia, en su afamado cancionero. Este musicólogo
emprendió en 1911 una recopilación de canciones y danzas populares vascas. Este
cancionero fue publicado por la Unión Musical Española en 1921 con 393 melodías como
una de las antologías más interesantes en esta materia. Donostia siguió con
esta labor hasta su muerte en 1959. Se han editado varias veces éstas melodías
(hasta alcanzar casi 2400 melodías en la edición de Jorge Riezu), con la ayuda
de otros investigadores. En esta recopilación aparece impresa la melodía de
cinco de las seis actuales danzas de Cortes (DONOSTIA, José Antonio de. Cancionero Vasco, Vol. IV.
Donostia : Eusko Ikaskuntza, 1994). Estas
partituras poseen un gran valor histórico ya que muchas veces, perduran tan
sólo las referencias a ciertos actos musicales pero se pierde la música.
Gracias a este documento conservamos un testimonio musical antiguo sobre el
dance de Cortes. Es notable que la música de las danzas actuales apenas tienen
alguna diferencia con las que recogió Donostia.